No es necesario encontrarse mal para acudir a terapia. El único requisito es al menos uno de los siguientes casos:
En terapia trabajamos conjuntamente psicólogo y paciente. Le ayudamos a identificar las preocupaciones y dificultades hacia su bienestar, lo analizamos y trabajamos las habilidades necesarias para poder afrontarlas.
La frecuencia de las sesiones en la fase inicial de la Terapia Individual suele ser semanal, aunque adaptamos el tratamiento o programa a sus necesidades, espaciando las sesiones en la fase inicial si fuese necesario. Posteriormente, en fases posteriores las sesiones se van espaciando a quincenales o mensuales, según las circunstancias de la terapia y paciente.
La terapia se estructura así:
Nos sirve para comprender bien la situación y cómo ayudar, finalizando esta fase de evaluación con la devolución de la información en la que consensuamos las necesidades del paciente, y le planteamos un tratamiento.
Aplicamos las técnicas psicoterapéuticas para poder afrontar los objetivos y/o dificultades.